Este fenómeno causa más estrés para el organismo que ya está bajo presión. Durante el proceso de producción de energía necesaria para el ejercicio se generan más subproductos reactivos (ROS) que potencialmente oxidan las proteínas de las células: a esto se le llama estrés oxidante. El riesgo de un exceso de ejercicio es que los mecanismos de neutralización de estos subproductos se sobrepasen, y aumente el riesgo de oxidación.
Entonces, haz ejercicio para reducir el estrés oxidante, pero no te excedas si no quieres provocar el efecto contrario.