< 1 minuto

Otro amasijo emblemático de nuestra cocina, que adorna los platos del desayuno.  Su tamaño no tiene importancia, y esta receta es casi infalible, así que anímate!

Ingredientes

  •  2 tazas de harina de maíz
  • 3 tazas de queso costeño o quesito molido
  • 2 huevos
  • 2 cucharadas de almidón de yuca
  • ½  cucharadita de polvo para hornear
  • sal al gusto
  • ½ taza de leche (opcional, para suavizar la masa)
  • 2 cucharadas de azúcar (opcional)
  • aceite para freír

Preparación

  1. Mezcla el queso con harina de maíz, huevos, almidón de yuca, polvo de hornear y una pizca de sal, amasando bien todo. Si a la masa le falta humedad, agrega leche, poco a poco, hasta obtener una mezcla homogénea. Si se desea, puede añadirse el azúcar. Deja reposar durante 20 min.
  2. Mientras, calienta una cantidad suficiente de aceite en una paila o caldero lo bastante profundo para que los buñuelos puedan flotar. La temperatura apropiada es un fuego medio de modo que el aceite esté templado, es decir no muy caliente, pues los buñuelos quedarían crudos por dentro, ni muy frío, porque se pegarían al fondo de la olla.
  3. Forma bolas con la masa, sin apretarlas mucho, y échalas a freír en el aceite. Agrega pocas unidades a la vez para evitar que se peguen entre ellas. Al poner los buñuelos en aceite, verás que primero se van al fondo, pero rápidamente suben y se mantienen flotando. Solo debes moverlos en caso de que ellos mismos no se den la vuelta, para que se doren de manera uniforme.
  4. Cuando estén dorados, saca los buñuelos y escúrrelos bien, si quieres con la ayuda de papel absorbente. Sirve con café y otras bebidas calientes o frías.